viernes, 19 de septiembre de 2008

Los Nuevos Ciegos

Armando Briquet
abm@armandobriquet.com

En estos días de espeso calor, llamó mi atención la larga cola de ancianos que salía de un banco. Es terrible la humillación que reciben nuestros viejitos para cobrar su pensión. Un espectáculo tan cotidiano que ya no se le presta cuidado.


Y es que estamos viviendo en el reino de la desigualdad. Se ha abierto una inmensa zanja entre gobernantes y gobernados. Entre la élite que humilla y el gran pueblo que vive las calamidades. Y el gobierno parece no estar satisfecho. Quiere llevar las cosas al extremo de negar todos los derechos y libertades de los ciudadanos, para dejarlos indefensos ante la supremacía del abuso.

Pero a esto no llegamos de la nada.

Lo que hoy sucede se debe, en gran medida, a la irresponsabilidad de quienes fueron indiferentes a las causas implícitas de los terremotos por los que ha pasado la historia reciente del país.

Primero, el ‘Viernes Negro’. La economía venezolana se fue deteriorando, el primer impacto fue en 1983, cuando el bolívar comenzó a perder valor. Hoy, se ha devaluado en un 50.000%.

Segundo, la crisis social. El ‘Caracazo’, 1989, reveló la perversidad del tejido social al producirse una revuelta popular, dejando miles de muertos y desaparecidos.

El tercer sismo fue el militar. Las dos intentonas golpistas de 1992, revelaron la debilidad de la vocación democrática en un sector de las Fuerzas Armadas.

Luego se evidenció la crisis política. Rafael Caldera, en 1993, llega al poder por segunda vez, pero electo sobre una plataforma distinta a su partido, confirmando la defunción del sistema bipartidista.

Finalmente, el terremoto institucional. En 1999 el TSJ da entrada a la Constituyente, donde se elabora y sanciona la actual Constitución. El resultado a la fecha, ha sido la aniquilación paulatina del pluralismo, las instituciones democráticas y el establecimiento de nuevos poderes que no han logrado dar un marco de estabilidad al país.

Lo cierto es que hoy en día, sustituidas unas élites por otras, se instituye la escalada de groseros privilegios para unos y vergonzantes humillaciones para los más. La nueva élite gobernante ignora también las causas del terremoto cívico que se produjo el 2 de diciembre de 2007. Ahí están los nuevos ciegos!

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Nadie se burla del pueblo

Por Julio Andrés Borges
Julioaborges@gmail.com

El presidente, después de las elecciones del 2 de diciembre, prometió que resolvería los problemas concretos de los venezolanos, como la inseguridad, el costo de la vida, la escasez o la violencia. Pero vemos con preocupación, que el gobierno sigue peleando con todo el mundo, sigue gastando el dinero de los venezolanos en comprar empresas y bancos, mete la reforma de contrabando y, por si fuera poco, financia con tu dinero la actividad política de Piedad Córdoba. Sin duda es un gobierno despiadado, que se burla de nosotros en nuestra cara.


La pregunta que debe responder cada venezolano en su corazón y en su conciencia es: ¿estas leyes que aprueban de contrabando la reforma constitucional no son un irrespeto al referéndum del 2 de Diciembre? ¿No es acaso el deber de un presidente consultar con su pueblo las leyes para que al final estemos mas unidos que separados? ¿No seria mejor que estas leyes estuvieran orientadas a resolver nuestros problemas, en lugar de concentrar más poder?

Quizá por estas mismas preocupaciones que estoy planteando es que un estudio nacional que acaba de terminar, destaca como que mientras el 40% de los venezolanos piensa que vamos por buen camino, 58% piensa que vamos por un camino equivocado.

Incluso, casi la mitad de quienes apoyan al presidente, piensan que no vamos por el mejor camino.

Por eso no me sorprende que estas elecciones del 23 de Noviembre van a resultar un cambio radical a nuevos liderazgos y más equilibrio del poder en Venezuela.

El problema de Venezuela es la pobreza y por ello, quisiéramos que el gobierno se ocupe más de nuestro bolsillo y nuestros problemas de empleo y calidad de vida, en lugar de estar empeñado en seguir produciendo leyes para concentrar más poder.

Por eso reitero, el papel de un líder es convocar a todo su pueblo a que, juntos, podamos resolver los problemas que nos agobian cada día. Al querer insistir en meter de contrabando la reforma, el presidente pareciera querer decirnos: me importa mi poder, no me importa lo que diga el pueblo.

El presidente ha sido popular porque siempre se ha esforzado en ser un intérprete del corazón de la gente. Ahora que quiere desconocer el voto del pueblo del 2 de diciembre, pienso que lo comenzaremos a ver como alguien preocupado en el y en sus intereses y no en el pueblo.
Por eso debemos ser enérgicos al decir: no a la reforma con vaselina.

Los justicieros debemos hacer valer la dignidad del pueblo venezolano.