José Rafael Codallo C.
Politólogo, UCV
joe.codallo@odhgc.com
En Junio de 2007, el Pdte. Chávez anunció la creación de 200 fábricas socialistas argumentando la necesidad de que la economía venezolana rompa con la dependencia del petróleo como principal fuente de ingreso. Esta directriz se enmarcó bajo el concepto de "nuevas empresas dinamizadoras" que pretende impulsar la producción nacional y el desarrollo de zonas estratégicas. Sin embargo, en la labor de crear esas 200 fábricas se ha incluido nacionalizaciones y la reforma o reestructuración de empresas ya constituidas con anterioridad, que ahora deberán pasar a ser lo que se denomina “empresas de capital social”, que no son más que empresas del Estado.
Un año después, en junio de 2008 el proyecto fue anunciado nuevamente como parte del Plan de Reimpulso Productivo, específicamente como componente del plan FÁBRICA ADENTRO, que está conformado a su vez por los programas FÁBRICA ADENTRO I, II y III[1]. De esta forma, el Pdte. Chávez ha comenzado a informar sobre la instalación de fábricas de motocicletas, motores diesel, piezas sanitarias, plantas para asfalto, equipos para desechos sólidos, utensilios de cocina, ensamblaje de ascensores y productos troquelados.
Se espera que la mayor parte de estas empresas, sea creada como parte de convenios y acuerdos de cooperación binacionales, así como de la adquisición voluntaria o forzada de empresas y otras propiedades de capital privado (Nacionalizaciones forzadas).
Todo esto resulta contradictorio cuando se justifican estas nacionalizaciones como actos de promoción y ratificación de la soberanía del pueblo, cuando más bien se está promoviendo una incesante dependencia hacia el Estado, colocándolo como el único ente capaz de administrar la economía del país, centralizando todas las actividades productivas en él. Así vemos cómo empresas nacionalizadas como Lácteos los Andes o Cemex (ahora CEVEN o Cementos de Venezuela) pasan ahora a formar parte de esta nueva industrialización socialista, convirtiendo a los empleados de esas empresas en nuevas versiones de empleados públicos.
En todo sistema económico es necesario el fomento y la promoción de la iniciativa privada. El Estado debe ser el principal promotor de la iniciativa y la inversión privada, creando leyes y planes que no coarten las capacidades productivas que todos los seres humanos poseen. Centralizar la economía de un país en torno al Estado es limitar las libertades individuales y generar una mayor dependencia hacia algo que siempre se ha criticado en Venezuela que es depender de un Estado Paternalista.
ANEXO
En principio, lo específico del número fue justificado de la siguiente forma por el mismo Pdte. Chávez:
-88 Fábricas de Alimentos
-12 Fábricas de Productos químicos
-48 Fábricas de Maquinarias y herramientas
-8 Fábricas de equipos y materiales eléctricos
-19 Fábricas de Plástico, vidrio y neumáticos
-10 Fábricas de Vestido
-8 Fábricas de Transporte
-4 Fábricas de viviendas
-3 Empresas de reciclaje
[1]Fábrica Adentro I comprende planes de 1000 empresas privadas que realizarán actividades de responsabilidad para con los empleados y trabajadores (como transferir acciones a los trabajadores, realizar financiamientos, etc.). Todo esto dirigido a aumentar la productividad de los empleados. Fábrica Adentro II comprende la creación de 200 empresas del Estado (Empresas de producción social) y Fábrica Adentro III se refiere a la conformación de Empresas Mixtas entre el capital privado y el Estado.